Las crisis sanitarias del coronavirus<\/strong> y la medida de confinamiento en casa son una amenaza para la vida f\u00edsica, pero tambi\u00e9n lo son para nuestra estabilidad psicol\u00f3gica, social, pol\u00edtica y econ\u00f3mica. Toda amenaza apela a nuestra capacidad para resolverla, y esto llama directamente al concepto de resiliencia para afrontar al Covid-19. <\/strong><\/p>\n La palabra resiliencia<\/strong>, etimol\u00f3gicamente, viene del lat\u00edn resilio <\/em>que significa \u201cvolver atr\u00e1s, volver de un salto, resaltar, rebotar\u201d. Este significado hace \u00e9nfasis en una potencialidad para saltar ante la adversidad: la amenaza que sentimos se transforma en el cuerpo en un impulso para dar un salto y volver a colocarnos. Pero sin ese sentimiento de amenaza no saltar\u00edamos con tanta fuerza, es decir, la resiliencia emerge s\u00f3lo en condiciones de contacto con el dolor.<\/p>\n En psicolog\u00eda, la resiliencia se define como la capacidad para salir fortalecido en condiciones adversas o traum\u00e1ticas, que supone una respuesta de afrontamiento eficaz de las crisis. Un ejemplo que ilustra muy bien esta idea es el Holocausto, una vivencia traum\u00e1tica de tortura, abusos, terror, violencia, muerte y deprivaci\u00f3n en todos los \u00e1mbitos de la vida.<\/p>\n